Oreja a Feira con Cachelos

oreja a la gallega

Cocinamos hoy una deliciosa tapa tradicional de la gastronomía gallega: Oreja de cerdo a feira con cachelos, también conocida como Oreja de Cerdo a la Gallega.

Los cachelos (de cacho) son, como ya sabrás, patatas cocidas cortadas en trozos irregulares, chascadas o escachadas. Es decir: el cuchillo no llega a partirlas totalmente al trocearlas.

Es un plato ideal para poner como picoteo o entrante y acompañado de una buena cervecita helada te conquistará.

Todos conocemos el pulpo cocinado de esta manera. La elaboración va a ser la misma, pero en este caso con un ingrediente algo menos famoso: la oreja de cerdo.

La oreja de cerdo es bastante más económica, pero te va a resultar igual de exquisita.

Otras Formas de Cocinar la Oreja de Cerdo

El caso es que la oreja de cerdo se puede elaborar de infinitas maneras: cocida, guisada, frita, a la plancha, a la brasa, rebozada, adobada, empanada, con tomate, con una salsita tipo "callos", etc.

Para los amantes de las texturas gelatinosas, como los callos, los morros, las carrilleras, el rabo o las kokotxas, resultará un bocado exquisito. Con una botellita de Ribeiro, de Albariño, o simplemente con una cervecita bien fría, es un aperitivo espectacular. Si aún no has probado este plato, te animo a que lo hagas.

¡Del cerdo nos gustan hasta los andares!

Vamos a por la receta...

Receta de Oreja de Cerdo a la Gallega

LOS INGREDIENTES (4 px)
  • 2 Orejas de cerdo grandes
  • Patatas
  • Laurel (1 hoja)
  • Sal gorda
  • Sal Maldon
  • Pimienta negra (en grano)
  • Pimentón (picante y/o dulce al gusto)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Agua
  • Vinagre (para blanquear la oreja)

Para no perder mucho tiempo, ponemos dos cazuelas al fuego, a máxima potencia. En la primera, donde vamos a blanquear la oreja, introducimos agua con un chorrito de vinagre; y en la otra (te aconsejo una olla rápida), agua con una hojita de laurel si te gusta, unos granos de pimienta negra ligeramente rotos, y sal gorda (unos 35-40 gramos por litro).

  • Limpiamos la oreja eliminando los posibles "pelillos" que pueda presentar. La forma más fácil de hacer esto es mediante el uso de un soplete de cocina, raspando después la zona quemada con el filo de un cuchillo y pasando posteriormente por el chorro de agua fría.

  • Ahora procedemos a blanquear la oreja. Para ello la escaldamos en la primera cazuela cuando empiece a burbujear el agua, y la mantenemos durante dos minutos desde que vuelva el hervor. Esto se hace para eliminar algunas impurezas ocultas. Desechamos ese primer agua.

  • Sacamos la carne, la pasamos por un chorro de agua fría, y la introducimos en el segundo puchero, en el que ya estará el agua hirviendo con la pimienta, el laurel y la sal. Cerramos la tapa si se trata de una olla rápida y la tenemos cociendo durante una media hora desde que empiece a "pitar". Si lo haces en cazuela tradicional, calcula al menos el doble de tiempo.

  • Dejamos que baje el vapor hasta que se pueda abrir la olla y comprobamos el punto de cocción de la oreja con la punta de un cuchillo. Debe estar tierna en todos sus puntos. Si es así la sacamos y reservamos. Caso de estar dura, sobre todo la parte de la ternilla, volvemos a colocar el recipiente al fuego, esta vez sin la tapa.

  • cachelos
  • De cualquier modo, aprovechamos el líquido donde hemos cocinado la carne para cocer las patatas. Las limpiamos al chorro y frotamos su piel con un cepillo o un estropajo para eliminar la tierra y los posibles restos de productos químicos. Las añadimos, enteras y sin pelar, al mismo agua de cocción de la oreja. En 20 o 30 minutos más, las patatas estarán en su punto y la oreja tierna y gelatinosa.

  • Refrescamos las papas, cortando su cocción en agua fría, hasta que se puedan manipular. Las pelamos (o no, según gustos) y las cortamos en cachelos, es decir, en trozos más o menos irregulares, ayudados de un cuchillo o con las propias manos.

  • Montamos una especie de cama con los cachelos, a ser posible en un plato de madera, y la cubrimos con la oreja troceada al gusto. Espolvoreamos pimentón de calidad (dulce, picante, o mezcla al gusto) y un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra.

  • Y ya, para rematar, unas escamas de sal Maldon le darán el toque definitivo...

Y ahora...¡A disfrutar de esta oreja a feira con cachelos!

Por una extraña asociación de ideas, dedico esta receta a la familia Pujol, que tan mal lo está pasando. Pena me dan... ¡snif! Me han enseñado dos cosas: Que se pueden "blanquear" 3.000 millones de "cosas", más allá de las orejas... y que el a veces denostado "cerdo" puede ser infinitamente más "honorable" que algunas personas que ostentan tal distinción... En fin, sin más comentarios.

¡Buen provecho!

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